Ficha técnica:
Autora: Ana Alcolea
Título: El retrato de Carlota
Editorial: Anaya
Colección: Espacio abierto
Lugar y año de edición: 2003, Madrid
Número de páginas: 179
Fotos de Venecia:
Un fantasma en mi familia
En mi familia se habla siempre del tío abuelo Gumersindo como si fuese un fantasma, aunque mi padre, que es de ciencias, nunca le quiso reconocer como tal.
El tío abuelo Gumersindo vivía con mis abuelos y por tanto con mi padre y con mi tía.
Nunca se le conoció trabajo alguno, dormía durante el día y salía por la noche. Según Gumersindo por las noches hacía negocios y pronto sorprendería a la familia con una buena cantidad de dinero que los libraría de "la explotación del trabajo" como él calificaba cualquier ocupación recompensada.
La economía familiar no era muy buena y mi abuelo (su hermano) le decía que tenía que trabajar y dejarse de cuentos chinos. Un día le dio un ultimátum: al día siguiente se levantaría temprano y le acompañaría al trabajo en la fábrica.
Gumersindo anunció que ese sería su final, que él no había nacido para trabajar pero, con la insistencia de su hermano, al día siguiente se fue con él.
Al regresar por la noche a casa se encontró mal y antes de quitarse el abrigo, murió repentinamente, según el médico fue de un infarto.
Mi abuelo nunca se perdonó a sí mismo y cayó en una depresión hasta que, pasado un mes, cuando mis abuelos se sentaron a cenar, vieron como la silla que ocupaba el tío Gumersindo se movía.
Ninguno de los dos dijo nada ni siquiera por la impresión podían pestañear pero la silla no paraba de moverse. Lo mismo pasaba todas las noches hasta que mi abuela en una de las cenas decidió poner el plato del tío Gumersindo y empezó a hablarle. Mi abuelo hizo lo mismo y, se les apareció el tío abuelo Gumersindo vestido muy elegante, y con una gran sorisa le dijo a mi abuelo: "Por fin hece el negocio del que te hablaba, soy muy feliz. Ahora tengo que marcharme, ya nos veremos"
Mi padre y mi tía pensaron que eso había ido una alucinación, una jugada de la mente pero el resto de la familia pensamos que fue real.
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